Cuando hace un año y medio compré la 20D lo hice con la seguridad de que no me iba a arrepentir, porque sus características me parecieron adecuadas para mi estilo de fotografía y para mis exigencias. Y así ha sido.
También pensé, aunque de eso no estaba tan convencido, que aguantaría con ella muchos años.
Pues bien, ahora sale la 30D. Si la miras fríamente, la verdad es que es prácticamente idéntica a la 20D. La mejora más evidente es la pantalla trasera, que es más grande y se ve mejor. Otros cambios son que el búfer es algo mayor, han mejorado la medición puntual y algunos menús, pero yo creo que no son grandes avances.
Me entran tentaciones de vender la mía con un par de objetivos que ya no uso y comprar la 30D. Sé que es un poco tontería por lo que acabo de decir, pero está claro que me estoy metiendo en ese mundo consumista que tanto odiamos.
De momento creo que no lo voy a hacer, voy a esperar al año que viene, a ver con qué nos sorprende Canon. La 20D es una máquina excelente que sólo cambiaré cuando merezca realmente la pena, aunque entonces me den menos por ella...
4 comentarios:
Manuel, te hago la visita y te comento que me ha gustado tu blog. Lindas fotos. Combinas bien el relato con las imágenes... Sobre la 30D, pues qué decir... Entre los isos con pasos a 1/3, la medición puntual y la pantalla más grande dan ganas... je je... A ver qué nos trae el año... Felicidades por tu diario. Saludos.
Lo cierto es que las novedades de la 30D no justifica el cambio de la 20D, al menos según mi visión. Creo que es mejor esperar y machacar la 20D, jejeje. Salu2
Juan José, gracias por la visita, ya me he pasado por tu blog. ;)
Tienes razón, Efraim. Seguiré machacando la 20D, a ver si aprendo a usarla... :)
Gracias.
Al final he decidido dar el cambiazo a la cámara. He vendido la 20D y la inversión para la 30D no es excesiva.
Me ha dado pena despedirme de mi querida 20D, me ha dado imágenes importantes para mí, es la primera vez que vendo una cámara. Pero tengo ilusión en el nuevo cuerpo, ya os contaré...
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